No todo en la vida debe ser percusiones, guitarrazos, o bajeos con slaps, también hay castañuelas, algunos platillos que suenan muy bajito en fin, y no sólo en la música, si no también en la vida diaria, no todo son microbuseros y taxistas tocando el clatxon (o como se escriba) al ritmo de chinga-tu-madre, balazos o gente pedorreándose en la calle.
Hay pequeños sonidos urbanos que en lo personal me agradan mucho, como por ejemplo, el sonido de la escoba al barrer el concreto mojado, o el chocar de las bolas de billar entre sí, el sonido de la lluvia, el tronar de las nubes cuando vienen cargadas de lluvia, los pasos en un museo, el abrir, prender y cerrar de un encendedor Zippo, cuando se prende un cerillo, o mejor aún cuando un balón da en el poste o en el travesaño de una portería, en fin hay muchísimos sonidos que están presentes ahí y que nos son tan cotidianos que no los apreciamos, cuando en realidad se pueden hacer melodías con ellos.
Por cierto, y después de 2 hrs. en el teléfono y de 2 intentos fallidos por que el código de seguridad de la tarjeta de seguridad estaba mal, ya pude comprar mis tickets para Depeche Mode. Gracias a los que se preocuparon por mi angustia de no tener entradas, especialmente a Marie, Panchogrr y la tía que en realidad estos dos últimos se interesaron por que querían ir, bueno adios. Naco Yo.
3 comentarios:
El señor ha descubierto el hilo negro; no sé si regalarle un aplauso o la mala noticia de que dichos elementos siempre han estado ahí, sólo que estaba ocupado en posibilidades menos expresivas y trataba, subrayo el trataba, de escribir.
Te falto... como dirian los duckbills... el crujir de tus rodillas clak, clak, clak, clak... (y no me refiero a tus rodillas ok...)
A tus sonidos deliciosos propongo algunos que me fascinan: el ruido de la cafetera cuando prepara el café; la risa de quien sea; el de felicidad en el orgasmo; cuando se abre la puerta y entra un amad@;la ropa volando al viento.
Un abrazo
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