Hay quienes se exitan con revistas pornográficas o mirando con morbo a las mujeres en la calle. Yo no puedo hacer eso... estoy acostumbrado al erotismo del sonido. Si pego mi oreja al suelo puedo oír lo que sucede en el departamento de abajo. Escucho los jadeos de la vecina cuando recibe a sus amantes e imagino que soy yo quien provoca tal placer. Soy una especie de "voyerista" auditivo. Total, no me queda otro remedio hasta que reciba mis corneas.
Will Rodríguez
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